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miércoles, febrero 02, 2011

Después de un western. Reseña

Después de un western. Reseña.
...Y confesiones al respecto...

"La publicación de Un western

en Lulu, ha resultado ser mucho más que un acierto. Se ha armado cierto e interesantísimo revuelo. Mis amigos se han alegrado bastante, como es lógico, tras la breve espera de dieciocho años. Mis colegas se han entusiasmado por completo e incluso se va produciendo cierta ¡Venta! Y la alegría y el apoyo de los míos la llevo conmigo en lo más hondo del corazón.
A todo esto me he visto "obligada" a revisarla seriamente. Y lo he hecho a regañadientes, imponiéndome en todo momento el observar mis principios y no cambiarle el estilo, a pesar de haber cedido y haber acabado por tratar bastantes frases y párrafos. Pero siempre han sido arreglos bajo la premisa de no cambiar lo que fue en su momento.
Como consecuencia, la relectura. La relectura me ha llevado a revivir un gran momento de mi vida, pero también a revivir unos bellos personajes y su historia. Sus sentimientos. Sus opiniones. Sus errores y aciertos. Su respiración, su latir.
Esta historia se presenta con fuerza, garra, frescura e ingenuidad. Es espontánea. Sugestiva. Posee cuanto necesita un escritor para llevar sus proyectos a cabo. Ilusión. Todo ello genera ¡Ilusión! Interés. Expectación. Tensión, duda, incertidumbre. Intriga. El lector pasa las páginas en todo momento intrigado. Tal vez aquí resida la clave de su gran legibilidad. Llegando al final donde todo se va resolviendo a pequeñas dosis bien estudiadas, la emoción sube de nivel hasta hacer sucumbir al llanto.
Otra clave es la penetración psicológica de personajes, del entramado y el análisis social.
A la tensión, la intriga y el misterio se añade el romanticismo sin límites que envuelve personajes y atmósfera. No hablamos de un romanticismo melifluo, de historia rosa, sino de un romanticismo ideológico. Existe también un erotismo que trasciende lo físico, va directo al espíritu y alcanza al intelecto. En definitiva, se reivindica la autoafirmación del ser como ser libre y su derecho a esa libertad personal e intransferible.
Es más que una simple aventura. Es un Western con fondo y trasfondo. Es Literatura. Donde los tópicos tan admirados se hacen propios y se funden en balas de palabras con un ritmo trepidante, bellas metáforas y pensamiento. De hecho, las situaciones clásicas son utilizadas como fondo para poner de manifiesto las circunstancias personales e íntimas de los protagonistas. Todo ello manejado sin que el lector sea consciente de ello. Pues la habilidad de intercarlar ideas en una acción constante a través de descripciones precisas y diálogos bien establecidos hace que el interés vaya en aumento hasta alcanzar un climax que no decae.
¿Añadimos la tensión sexual entre los protagonistas bien llevada, bien resuelta? Hay que descubrirlo...Leyendo.
Cierto es que al ser una primera novela escrita en plena juventud, posee excesos prosísticos, y demasiado uso del adverbio. Pero ello es perdonable dado el gran interés que ofrecen el argumento y sus personajes.
De igual modo el lenguaje es quizás, demasiado llano. Pero el Western siempre fue así, como las planicies que atraviesan sus jinetes pálidos.
Claro homenaje a un género adorado, tanto en literatura como en cine. Claro homenaje a los grandes del género. Claro homenaje a un origen. Claro homenaje a un escritor amadísimo. Irlandés, por supuesto. Escribo este auto análisis - crítica - reseña, con gran emoción. Y con toda la sinceridad del corazón.
¡Y sí! En respuesta a esas curiosidades y ganas de saber que me han llegado. Yo confieso. Desde mi más tierna infancia y hasta donde alcanzan mis primeros recuerdos siempre estaba leyendo, todo, todo cuanto caía en mis manos, devoraba sería un término adecuado para describir tal actitud..., también me iba encontrando con las novelas de Marcial Lafuente Estefanía y por supuesto me las leía sin respirar. Pero la tele y el cine también hicieron su parte... Además de todo lo que me gustaba y sigue gustando, me veía una y otra vez todas las pelis de Sergio Leone y Clint Eastwood y Lee Van Cleef. Luego, mientras escribía la novela me acompañó Ennio Morricone sin parar, además de las grandes bandas sonoras. E insisto, soy Wildeana hasta la médula, proclamado con orgullo.
¡Y sí! La novela está por completo revisada y disponible para su disfrute y el mío cuando me lo cuenten.
Era un diamante en bruto y ahora ya se le ve brillar.
¡Gracias por todo este apoyo!

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