Como la sombra del viento
Tienes que ser como
la sombra del viento
presente en todo momento
y siempre dispuesta a desaparecer.
Sabia decisión
es no luchar
contra la sinrazón.
¿De qué sirve gritar
si te cae todo encima?
Siempre es mejor mirar
y que los labios cerrados digan
lo que los oídos no quieren escuchar.
Tú sabes lo que es verdad
y aquél que no lo sabe
es porque no tiene corazón.
Así pues, ¿A qué llorar
por un alma que no sabe amar?
Guarda tus lágrimas
Y que ellas sean testigos
de tu sosiego y tu paz.
20.03.13
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