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viernes, julio 05, 2013

La hormiga y el elefante ....................................................... _Narrativa_

La hormiga y el elefante

Una vez había una hormiga hablándole a un elefante que no la escuchaba.

—Soy muy feliz —empezó— soy muy feliz. Bueno, en realidad fui muy feliz... A quién quiero engañar. Una vez fui muy feliz pero ahora ya ni me acuerdo. La verdad es que yo había nacido dotada para serlo, por naturaleza. Era brillante y siempre estaba sonriendo. Todos decían que una llamarada de luz se desprendía de mi mirada y que siempre todo el mundo se sentía arrebatado junto a mí. Lo ignoraba yo, ignorante, ignorante, ignorante, ingenua, incauta. Solo me dedicaba a trabajar y a contribuir a que el hormiguero prosperase, no me importaba nada salvo que la reina estuviese orgullosa de mí que para eso me trajo al mundo. Algunas hermanas, tías y primas parecía que me tenían envidia, pero yo no me daba cuenta. En cambio, los soldados siempre me amaban, y yo que no me enteraba.
   Hoy en día lo sé todo. Entonces no. Y supongo que por eso ocurrió. La reina se debilitó, un ataque de locura, nunca lo comprenderé. Dijo que yo era mala y que no servía para sus cometidos. Las envidiosas se aprovecharon y en vez de hacerle ver lo equivocada que estaba se confabularon con ella y contra mí, le siguieron la corriente como mayordomas, acaso fuesen tan débiles como ella, encizañaron. Fui calumniada junto a  alguno de mis soldados adeptos. Y fuimos expulsados del hormiguero. Algunos prefirieron callar aún sabiendo lo inhormigable de la cuestión, algo parecido a un magnicidio. ¿Cobardía? Seguramente sí. ¿Egoísmo? También.
   Yo he guardado silencio muchos años. Defendiendo que quien calla NO otorga, sino que es protector de un vínculo al que amó una vez mucho.
   Se ve que eso jamás existió de modo bilateral, y tomar conciencia es muy duro. Así lo sostienen los entendidos, y aseveran, y recomiendan, y prescriben, que hay que levantar cabeza, y enfrentarse al trauma para cerrar capítulo y poder seguir adelante.
   Yo no sé de esas cosas porque solo soy una hormiga muy trabajadora. Y más que por mí por mi hormiguero. Tengo el mío. Debería ser muy feliz. Aunque por lo menos tengo paz. Ya que mi conciencia está muy tranquila. La paz llena todo mi ser, porque mis soldados y yo somos capaces de amar. Y siempre hemos sido y seguimos y seguiremos siendo buenos.

  Entonces el elefante, cansado, se movió para darse la vuelta e irse. Levantó la pata y aplastó a la hormiga.
   O... Acaso la hormiga logró escapar sin que nadie lo viese, ni a nadie le importase. Nunca se sabrá. 







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2 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Aquest conte em ve al pèl perquè hui he tingut una reunió amb el sindicat CCOO sobre el tema del nostre ERO i tot eren intrigues i discòrdies entre nosaltres, jo assistia davant de tant de polític i sempre pense que els polítics són necessaris, com un espectador o una formiga davant d'un elefant, i per ara l'elefant no m'ha xafat però ja ho veurem.
El que et vull dir és que la gent viu pensant seguint una persona o grup de persones que li donen confiança i són ben pocs els que poden recabar informació i intrigar per a poder portar-se el gat a l'aigua, la veritat és que ens cal fer mal, jutjar, ferir per a viure i jo cada dia en se menys Isabel d'això.

Una abraçada

Vicent

Unknown dijo...

Mil gràcies per estar ahí un altre volta, a vore si puc anar al teu blog que ja saps que en sóc fan. Estic tan embolicada...
Una gran abraçada amic meu!!!!
I;):)