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jueves, noviembre 15, 2012

Narrativa histórica o histórica ficción... That's the question!·································_Club de Lectura_

Viendo ayer noche un apasionante reportaje de la BBC, sobre el Muro de Adriano. Mi mente voló a lo mío sin poder evitarlo.
Como escritora, en el género que más cómoda me encuentro es en la Narrativa histórica o la histórica ficción.
Además de en el suspense.
Que siempre va añadido porque es mi registro narrativo esencial.
Dejando aparte el hecho de que nunca he sabido concretar ni definir, ni encasillar mi novela. Pues harto he repetido que me gusta escribir sobre personas estén en el período histórico en el que estén.
Creo que me resulta tan fácil que me lo paso pipa, no me reprimo y permito a mi imaginación volar y llegar hasta donde es preciso. No hay límites ni fronteras. Y soy muy, muy feliz.
Pues esta libertad creativa me permite ser libre a mí también. 
En el bien entendido que la primerísima e inviolable norma de ejecución o ley básica, es que me empapo del período para resultar realista y convincente. Como si de un escritor contemporáneo se tratase. Así es cómo también trabajo en el teatro.
En respuesta a un reto propio.
Y lo consigo. Es algo constatable.
Existe otra pauta o premisa primordial añadida al trabajo en novela histórica, y es, la consulta constante del más pequeño detalle. Puede resultar agotador. Pero también recompensa pues es fascinante. Cuando te apasiona la historia, claro. 
Mi confesión: Yo de pequeña soñaba abiertamente con poder realizar viajes en el tiempo. Tenía muy claro qué época escoger primero, porque habría muchos. Y seguía toda clase de progresos y ensayos científicos al respecto. Hoy, ésta es mi manera de hacerlos. ¿Estoy chiflada? De acuerdo. Me encanta. Ningún problema.
Ayer viendo este reportaje me trasladé sin pretenderlo hasta allí. En un segundo lo vi, olí, escuché, un borbotón de gente y vida, siendo y existiendo....Resulta maravillosamente estremecedor y conmovedor.
Comprendí tan bien a George RR Martin, Manfrredi, Noah Gordon.
Y a .
Y también recordé con tristeza el motivo de rechazo que más me dolió, (sin envío previo del trabajo) de El portador de la lámpara, por parte de una influyente agente que tuvo la amabilidad de intercambiar una agradable conversación conmigo, al respecto. Año 2010, creo. Para ella la novela histórica con enigma estaba caducada porque hacía una década que no se publicaba otra cosa, ya cansaba y la moda había cambiado.
Me quedé fatal porque no sabía qué contrargumentar. ¿Moda? Así pues cómo en la ropa, y la pasarela, las tendencias para este año son los rojos y los ocres... ¡Dios mío! ¡Qué contrasentido! ¡Qué contra natura! ¡Qué crimen contra el lector! Fui diez años conductora de clubes de lectura y Taller de Escritura Creativa. Sé de lo que hablo por gustos propios y colectivos. 
A los lectores les/nos gustan las novelas que estén bien escritas. Sin tener en cuenta modas. Eso no cabe en la mente del lector real. (No el estadístico de potencial económico y resultado empresarial).
Por otro lado El portador de la lámpara fue una novela que de haber tenido su oportunidad habría sido considerada pionera, puesto que la moda brotó después. 
La novela es de 2000 y en el año 2003-2004 las librerías empiezan a hacer rebosar sus estantes tras la apareción de El código Da Vinci, que mezcla muy bien ambos géneros, misterio y enigma histórico.
Pero mi Portador para colmo de males, no se movía alrededor de un enigma ni una conspiración. Narraba el transcurrir de unas gentes, con sus motivaciones, y problemas, vinculados al proceso vital de nuestro Siglo de Oro. Con un argumento de lo más intrigante. Sí.
Aiiiiii, y no diré más.
El caso es que agradecí mucho ese reportaje, ayer. Y el motivo de éste artículo no es otro que, reivindicar el derecho del escritor a narrar lo que le motiva y cómo le motiva. Y que nunca nadie deje de ser él mismo porque lo aconsejen ciertas voces en teoría autorizadas. 
Porque a veces el academicismo mata el Arte, y yo ya estoy harta de verlo. No sirve para nada, salvo para acallar o ningunear bellas voces.
Ya lo dije en Twitter:

"No se puede academizar el Arte, como no se pueden poner puertas al campo. Lo siento por los que se empeñan pero nunca lo van a conseguir."
Y ahora, vamos a dejar volar nuestra imaginación.
Tan sólo dejémosla volar, que ella ya hará el resto.






3 comentarios:

Vicent Llémena i Jambet dijo...

M'has fet plorar xiqueta! de tan bé com t'has expressat, jo sé que a tu i a mi ens diran els de les passarel·les que no anem a la moda en la nostra manera de fer teatre de la vida i de l'escriptura i lectura, però hem de ser valents, forts, orgullosos i saber que som el que som i que fem el que el desig ens du a fer fora passarel·les i salons d'estètica.

Ànim i endavant amb la novel·la històrica, com si t'agradara cascartela en públic com el Diògenes, quin mal fem en ser nosaltres mateixos...

Una abraçada gran, molt gran de

Vicent

Unknown dijo...

Vicent! Ets un sol!!! I em sento molt afortunada de la nostra amistat!!! L'aplicatiu no em deixa (o jo no ho sé fer) insertar una icona de cara ENORMEMENT somrient, que és com respondria jo al teu comentari en gran agraIment!!!
Ara me vaig al teu blog a dir-te algu més!!!!
Una gran abraçada extensiva!!!
:)))

Vicent Llémena i Jambet dijo...

Passa't pel meu bloc que t'explicaré, el teu comentari està inserit al meu, ja veuràs.

Vicent